HOSPITAL SAN NICOLÁS
Este Hospital fue construido en 1.535, según ordenó en cláusula testamentaria D. Iñigo López de Mendoza y Zúñiga, personaje de ilustre familia, quien fue nombrado Obispo de Coria, no para que éste residiera en la Ciudad, sino para que sirviera en la política al Emperador Carlos V. En vez de pagar el Emperador al Obispo los servicios que éste prestaba a la corte, D. Iñigo percibía, en compensación, las rentas de la Mitra de Coria. No era el primero ni el único caso. El maridaje entre Estado y la Iglesia siempre ha perjudicado a la Iglesia.
El titulado Obispo de Coria, D. Iñigo, fue Embajador del Emperador en Londres y en el reino de Nápoles. Precisamente en Italia aprendió este Obispo a venerar a San Nicolás de Bari.
Siguiendo la costumbre de los magnates, D. Iñigo ordenó en su testamento que se construyera en Coria un Hospital bajo la advocación de San Nicolás de Bari, y, a la vez, donó suficiente dinero para que construyera un patrimonio que rentara lo suficiente para sostener los gastos de dicho Hospital.
VICISITUDES DEL HOSPITAL
La finalidad de este Hospital era atender a los enfermos pobres. Posteriormente se abrió el abanico receptor. Durante la guerra de la Independencia los franceses destruyeron la mayor parte del Hospital. Posteriormente fue reedificado por el Obispo de Coria Don Blas Jacobo Beltrán, a su propia costa.
Hasta la desamortización de Mendizábal, el Hospital funcionó bien, y los enfermos gozaban no sólo de una buena atención médica, sino de buen trato por parte del resto del personal contratado para cuidar a los enfermos.
Con la desamortización de Mendizábal se privó a la Iglesia de todos sus bienes materiales. Teóricamente los políticos de la época dijeron que buscaban poner en plena producción las propiedades y rentas eclesiásticas para que el pueblo viviera mejor. Pero la realidad fe (como siempre) todo lo contrario: el pobre pueblo quedó sin el amparo de las Instituciones de la Iglesia, mientras los poderosos en dinero o poder político, se quedaban con toda la riqueza de la Iglesia, por precios mínimos, y con facilidades. Basta con leer la abundante documentación que existe sobre este tema.
La desamortización de Mendizábal también arrebató a este Hospital de beneficencia de la Iglesia cauriense las propiedades que le proporcionaban las rentas suficientes para poder subsistir.
FALTA DE RENTAS
La falta de rentas para pagar al médico y al resto de personas que cuidaban a los enfermos llevó al cierre del Hospital y al constante deterioro del edificio. Con la desamortización, la Iglesia Diocesana y Nacional había quedado carentes de toda clase de riquezas. Es incuestionable que el pueblo llano fue el más perjudicado con la desamortización.
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA DESTRUYÓ PARTE DEL HOSPITAL. LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL, FUE MUY NEGATIVA.
Ante el deterioro que iba sufriendo el edificio, el Ayuntamiento cauriense creyó que tanto el Hospital como el Patronato debían pasar a su administración. Y así se realizó el año 1.841, de acuerdo con una resolución de la autoridad política superior de la Provincia. Esta situación duraría poco tiempo.
El 18 de marzo de 1.893 el Juez de la 1ª Instancia de Coria Don Joaquín Sala y Peris, a instancias del Obispo de Coria Don Luis Felipe Ortiz, decretó que el Patronato y el edificio del Hospital de San Nicolás de Bari debían pasar y que pasaran, a la administración episcopal de los Obispos caurienses.
El día 10 de julio de 1.887, la Reina Regente aprobó en Madrid el Reglamento de Funcionamiento de la Fundación Hospital de San Nicolás de Bari de Coria, cuya administración perpetua Corresponde al Obispo de Coria.
GUERRA CIVIL
Durante la Guerra Civil española de 1.936-39, el edificio fue convertido en Hospital para curar a heridos de poca consideración y a soldados enfermos. Posteriormente, el Ayuntamiento arrendó parte de la planta baja del Hospital para instalar en él un Centro de puericultura y algunos servicios de Auxilio Social. Como nadie restauraba el deteriorado edificio, el Hospital volvió a estar en mal estado de conservación.
COMPROMISOS DE LAICOS
Ante este panorama, el Obispo Llopis Iborra determinó cortar por lo sano y comenzó a ofrecer el edificio en venta. Fue en esta circunstancias, cuando providencialmente, un grupo de personas pertenecientes a las Conferencias Interparroquiales de San Vicente de Paúl, que radicaba en la parroquia de Santiago Apóstol de la Ciudad, acordó que sería bueno para Coria y su zona convertir el viejo Hospital en una moderna Residencia de Ancianos.
Lo solicitaron por escrito del Obispo el 12 de marzo de 1.971. El Obispo concedió la autorización solicitada el 30 de abril. Se formó una comisión para llevar a efecto la idea.
El entonces párroco Don Vicente de Luis Rodríguez, fue el gran animador de este grupo, y a su apoyo y trabajo se debió en gran parte el mantenimiento del entusiasmo y los primeros dineros para la obra. Se comenzó vendiendo lotería de Navidad con donativo y se puede decir que esta comisión subsiste todavía.